Las máquinas dispensadoras, mi mala suerte y yo...

Hace casi una semana, para ser más exacta el 15 de Marzo, fui a la Universidad La Católica, ya que ese día era el cumpleaños de mi amiga Martha (una de mis amigas de mis tantos colegios, evito nombrar el colegio, ya que no kiero hacer roxe, ni tampoco cherry gratis). Fui en la tarde y me encontré también con mi otra amiga, Susan, q tb estudia en la misma universidad pero en una diferente facultad que Martha. Fue así que las tres nos fuimos a uno de los tantos espacios de gras que había por la facultad de Letras y decidimos echarnos sobre el pastito, para así conversar un poco y ponernos al día (yo pertenezco a otra universidad, así que había bastante q contar).

Fue entonces que mi estomaguito empezó a hacer ruidos, ya que mi almuerzo de ese día no fue muy generoso y para solucionar ese problema fue q decidí ir a una de esas maquinitas dispensadoras de comida que había por la facultad de Letras. Para ser honesta, siempre he creído que estas máquinas sólo son como una tentación para el hambre, ya que t muestra todas sus golosinas por el vidrio transparente, pero casi siempre, nunca sirve el sistema y tu golosina preferida nunca baja. Y weno, no estaba muy equivocada, yo toda ingenua decidí colocar mi S/.1.20 para así recibir mis CHOCOMIAMI (muy ricos por cierto y si vale la pena hacer cherry), pero no cayó nada ='(. Más tarde, mi amiga Martha describió la escena con mayor detalle y drama, mientras se revolcaba x el piso de tanto reirse de mi: "La pobre Fio...las chocomiami la miraron, la saludaron, le dijeron HOLA y se fueron para atrás, jajaja".

Pero no, esas benditas máquinas siempre son una falla, y yo tenía q hacer algo al respecto, fue así que decidí llamar al telefono de atención al cliente. Me presté el celular de mi amiga Susan y llamé en frente de mis amigas, quienes estaban aún "repantigadas" en el pasto. Un amable señor me contestó el teléfono, pero fue ahí, después de que me preguntó "Séñorita,¿en qué le puedo ayudar?", que me di cuenta de lo ridículo que era la situación, sólo atiné a responder con un tonito de niña de 12 años con rabieta "Señorrr, la máquina se ha tragado de mi monedaaaa¡¡¡". Mis amigas, Susan y Martha, kienes esucharon mi queja justificada pero un poco ridícula se empezaron a matar de risa. Mientras tanto, el señor de servicio al cliente me empezó a hacer una serie de preguntas un tanto absurdas y redundantes como "Señorita, ¿Cuántas monedas metió? , ¿Llegó a meter la moneda?, usted quería unas chocomiami ¿no? ¿que salió entonces?, ¿golpeó a la máquina?". Con tantas preguntas, empezé a considerar que por S/.1.20, no valía la pena gastar tanto saldo del celular de mi amiga... y weno.. yo, tanta saliva; pero me sentí impulsada nuevamente, ya que no kería que otro pobre universitario ingenuo ponga su moneda y se kede con hambre.

El señor del servicio al cliente, me dijo amablemente que un técnico iba a ir y que me iban a llamar a mi celular, tan pronto éste llegara y, que obviamente me iban a devolver mi dinero. Yo mucho más alegre y risueña, y obviamente sintiendo que hice mi buena obra del día (misma girl scout), colgé el teléfono, pero mis amigas, quienes aún lloraban de tanto reírse, me preguntaron con un tonito sarcástico "Y Fio, ¿les preguntaste a que hora iban a venir?". Después de esta pregunta veía la recuperación de mi S/.1.20 mucho mas lejana, probablemente el técnico iba a llegar en 3 horas, pero aún me kedaba a satisfacción de que iba a ayudar a otro universitario ingenuo. Pasaron así, un par de horas y no me llamaban, y ya era hora de irme. Nos paramos del pasto, y decidimos irnos de la universidad. Fue entonces que pasé por la máquina dispensadora, la cual aún tenia mis chocomiami, las cuales estaban aplastadas contra el vidrio y guiñándome un ojo. Observé el vidrio, me despedí de mis chocomiami, y fue que de la nada que salió un chico, insertó su moneda y muy campantemente sacó sus galletas. Me sentí estafada, confundida y triste (mi wena obra del día como girl scout había sido destruida)... y todo por qué?... porque yo kería mis CHOCOMIAMI¡¡¡.

Maldigo mi suerte de universitaria visitante, por eso me he comprometido a no utilizar nunca más esas benditas máquinas dispensadoras y espero que t unas a la lucha...VAMOS PUEBLO CARAXO, EL PUEBLO NO SE RINDE CARAXO¡¡¡...ABAJO LAS MAQUINAS DISPENSADORAS TRAGA MONEDAS, ARRIBA LAS TIENDAS DE GOLOSINAS¡¡¡...XD